Los bebés del Pacífico Oriental
(Tribuna Universitaria, 10Nov2003) (En algunas islas de Australasia es costumbre que los recién nacidos descansen en hamacas de tela sujetas a un par de palmeras y durante horas sean balanceados. Ese hábito adquirido al principio de la vida hace que no tengan miedo ni se mareen cuando, de niños y luego de adultos, pasen la mayor parte del tiempo subidos en canoas de mimbre buscando en mar abierto capturar peces para sobrevivir) Los bebés del Pacífico Oriental despiertan sin llorar mecidos por una madre cabello astrágalo que los mira desde ojos profundos. Toman con tres deditos los bordes de la hamaca preparatoria y asoman su niñez por encima de un mundo sólo compuesto de verde arena y amarillo coco. Cuando su pequeña curiosidad se cansa del horizonte preñado de azules sin venas ni semillas, sin rascacielos y sin guitarras, se dejan caer aún somnolientos para ser acariciados por el aletargado ir y venir del tiempo en sus cuerpos tiernamente soleados. Así será hasta que lleven el vaivén...